Abstract:
Han transcurridos aproximadamente veintiocho años desde que se establecieron en la Provincia de Última Esperanza los primeros centros acuícolas gracias a las iniciativas de los capitales ganaderos. Muy incipientemente la actividad fue creciendo a medida que las producciones de salmones atlánticos y trucha arco iris eran recibidas en los mercados nacionales e internacionales.
En la medida que la actividad se iba posicionando en la región de forma más progresiva que en la región de Lagos, comenzó a generar nuevas oportunidades laborales para los habitantes de Magallanes, empleando a hombres y mujeres en las diferentes empresas que llegaban del extranjero (Acuinova), o del sector nacional y regional (Acuimag, Skysal). También comenzaron a ver las nuevas iniciativas educacionales que buscaban aportar en la especialización del capital humano que pretendía incorporarse al sector Acuícola.
Finalmente para que salmonicultura se hiciera presente en la región, el estado tuvo que implantar nuevos programas y normativas legales para zonificar los espacios en donde se instalarían las concesiones, resguardando los espacios comprendidos para otras actividades como el turismo y la pesca artesanal. Estas normativas cuentan con estudios medio ambientales que hacen posible que la acuicultura se desarrolle normalmente y sin inconvenientes que hicieran repetir lo sucedido el 2007 con el virus de anemia infecciosa del salmón que causo estragos en las regiones de los Lagos, Aysén y Magallanes.
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