Sumario sobre la desaparición de Antonio Teigelacke
dc.catalogador | jbj | es_ES |
dc.coverage.spatial | Península Antonio Varas | es_ES |
dc.coverage.spatial | Puerto Prat | es_ES |
dc.coverage.spatial | Última Esperanza, Magallanes, Chile | es_ES |
dc.date.accessioned | 2015-12-18T15:20:43Z | |
dc.date.available | 2015-12-18T15:20:43Z | |
dc.date.issued | 1906-05-22 | |
dc.description | Archivo Judicial de Santiago de Chile, volumen "Criminales Magallanes", Legajo 144, año 1906. | es_ES |
dc.description.tableofcontents | Resumimos el contenido del Sumario para facilitar la comprensión al lector, pues se trata de documentos sin reconocimiento óptico de caracteres. En el texto aparecen nombres como: Juan Kayarka, José Marchol, Antonio Teigelacke, Hermann Eberhard, Walter Harries, Carlos Schmits, Rodolfo Stubenrauch, Otto Lütgens, Juan Barría, Carlos Cerveró, Herman Koch. | es_ES |
dc.description.tableofcontents | Última Esperanza (cinco años antes de la fundación de Puerto Natales), mayo de 1906: un grupo de mineros exploradores llega a la casa del desaparecido colono alemán Antonio Teigelacke, ubicada en la península Antonio Varas, y encuentran desorden, destrozos y manchas de sangre. Advierten que uno de los caballos que yacía cerca de la casa tenía tres heridas de flecha en el cuerpo. El subdelegado viaja hasta el lugar de los hechos y nota “huellas de indios”, que faltaba provisión de carne, que faltaba también el perro de Teigelacke y su canoa. Se establece un inventario con los útiles y enseres encontrados en la casa, documento que inaugura el Sumario por la desaparición de Teigelacke. En agosto del mismo año, el capitán de la goleta « Sara » reporta a la gobernación marítima de Magallanes que unos indios le informaron que que otros (indios) mataron a un blanco y le robaron dinero, el perro, la canoa y dos rifles. El capitán no logra tomarlos prisioneros pero recupera los objetos, siendo el perro y los rifles reconocidos por dos vecinos como propiedad de Teigelacke, que se agregan al inventario hecho en la casa del desaparecido. Un mes después marino alemán Hermann Eberhard, en ruta hacia hacia Puerto Prat, descubre el cadáver de Teigelacke atado con una soga al cuello, soga atada a su vez a un fierro. El cuerpo, putrefacto ya, tenía puestos los puros calcetines. El cráneo presenta golpes de hacha, y la frente y los brazos tenían heridas. Dos meses después de este incidente, el mismo Eberhard descubre a dos indios y dos indias vistiendo las ropas del finado. El capitán los invita a bordo y los retiene. Los detenidos son llevados a Punta Arenas donde son interrogados a través de un intérprete. Dicen que las ropas se las dieron unos marineros. La noche del 11 al 12 de diciembre se fugan de la comisaría, sin ser capturados. Pese a que no hay pruebas, el promotor fiscal considera que “todos los indicios que existen hacen presumir que fueron los indios que se fugaron de la cárcel de esta ciudad los que asesinaron al citado Teiuelacke [sic]” (f. 29vlta). El tribunal considera que no los puede juzgar, aún siendo criminales a los indios pues “son enteramente irresponsables de sus actos. Son seres que más se asemejan a los brutos que a los hombres” (f. 30). Así, si los niños no son imputables, “con mayor razón” no los son los indios, “que para mengua de la civilización existen todavía en pleno siglo XX, aquí, en los últimos extremos del mundo austral.” (f. 30 vlta.). El promotor justifica entonces la defensa propia de los colonos contra estos actos: “Las personas que se vean perjudicadas por las depredaciones de los salvajes no les queda mas remedio que hacer uso de la fuerza en defensa de sus derechos. Naturalmente las anteriores observaciones no se refieren á los indios civilizados. Pero estos son muy pocos. Sabido es que la misión que la Congregación Salesiana mantiene en la isla Dawson ha fracasado lamentablemente. Los indios al civilizarse, o sea al adquirir la condición de seres humanos, no pueden subsistir: la tisis y otras enfermedades los diezman, la nostalgia de la vida puramente animal los desespera y los mata. En realidad, la única ventaja que ha traído la misión que esos frailes establecieron hace ya mas de quince años, guiados por un espíritu de tan levantado cuan equivocado altruismo, es la de haber contribuido poderosamente a la casi completa extinción de las salvajes indiadas magallánicas, indiadas que según la opinión de un sociólogo eminente, están formadas por los seres más ruines y miserables de la especia humana” (f. 30vlta. - 31vlta.). Pese a esta supuesta diferencia de los indios respecto de la especie humana, se los individualiza sin problemas con un nombre, estado civil, edad, oficio (“pescadores”) y la indicación de estar por "primera vez" presos. | es_ES |
dc.format | es_ES | |
dc.identifier.uri | http://hdl.handle.net/20.500.11893/1131 | |
dc.subject | Indígenas | es_ES |
dc.subject | Colonos | es_ES |
dc.subject | Gobernación Marítima | es_ES |
dc.subject | Consulado alemán en Punta Arenas | es_ES |
dc.subject | Escampavía "Huemul" | es_ES |
dc.subject | Goleta "Sara" | es_ES |
dc.title | Sumario sobre la desaparición de Antonio Teigelacke | es_ES |
dc.type | Manuscrito | es_ES |
Archivos
Bloque original
1 - 1 de 1
Cargando...
- Nombre:
- 1906, Sumario desparición Antonio Teigelacke.pdf
- Tamaño:
- 38.06 MB
- Formato:
- Adobe Portable Document Format
- Descripción: